LINDOS QE SOOON !
EL 10 de abril de 1970 fue viernes. En Cabo Kennedy se apuraba el lanzamiento a la Luna del Apolo XIII, Eddy Merckx ganaba la Vuelta a Bélgica y en Pamplona causaba sensación la llegada de la marca Prenatal a Comercial Cuadrado. El periódico costaba 3 pesetas.
Ese mismo día, temprano por la mañana, los críticos musicales más prestigiosos recibían en sus mesas un paquete enviado por Paul McCartney. En su interior, junto a su primer disco en solitario, viajaba una autoentrevista en la que el músico anunciaba algo que los medios intuían desde hacía semanas, una decisión que se había adoptado meses antes pero que venía germinando varios años atrás: después de ocho años en la cima del mundo, The Beatles se separaban.
El anuncio causó una conmoción generalizada. "Paul se marcha de The Beatles", titulaba a toda portada The Mirror el 11 de abril. Las televisiones se echaban a la calle para entrevistar a las compungidas fans. "Son únicos, no habrá otros. Nosotras crecimos con ellos y ellos con nosotros", declaraba una de ellas a la BBC. En el informativo de Televisión Española, el corresponsal en Londres se permitía la licencia de desvelar la que a su juicio era la principal causa de las discordias: "Sus mujeres, no se pueden ni ver".
Es cierto que, durante décadas, todo el peso popular de la disolución del cuarteto de Liverpool ha recaído sobre Yoko Ono, la artista japonesa que encandiló a John Lennon e irritaba al resto. Sin embargo, la culpa de todo no la tiene Yoko Ono.
Fin de las giras, inicio del fin
"La ruptura ocurrió por muchos motivos, sobre todo porque cada uno de los chicos quería vivir su propia vida. Siempre habían tenido que actuar en grupo y se sentían aprisionados; creo que al final acabaron hartos", reflexiona su productor de siempre, George Martin, en el libro The Beatles, Anthology.Cuando se separaron, John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr tenían 30 años y llevaban juntos prácticamente desde los 15, cuando formaron el grupo en el patio de un instituto de Liverpool.
Su fundador, John Lennon, situaba el comienzo del fin en 1966, el año en que el grupo decidió abandonar las giras porque el griterío de las fans impedía oír la música: "Desde entonces buscaba un motivo para dejar el grupo". Así que, después de cuatro años frenéticos (del 62 al 66), en los que habían publicado 7 discos (una estrella actual suele publicar uno cada 3 o 4), grabado dos películas y soportado una gira planetaria casi permanente en medio de la loca beatlemania, cada miembro tenía tiempo para sí mismo, para hacer algo que no fuera ser un beatle.
La ausencia de giras permitió al grupo explorar las posibilidades del estudio de grabación y alcanzar en los siguientes discos cotas creativas desconocidas por entonces, pero también provocó que los cuatro ya no pasaran tanto tiempo juntos y que cada uno creciera y madurara por caminos distintos, como músicos y como personas. Lennon se inició en el activismo político, Harrison en la espiritualidad hindú, McCartney seguía volcado en la música y Ringo disfrutaba de su estatus de beatle.
En 1967, el grupo grabó el Álbum Blanco, con 30 canciones en las que ya resultaban evidentes las diferencias musicales entre Lennon y McCartney. Durante la gestación del disco, además, Ringo abandonó el estudio, se sentía un convidado de piedra, sin nada que aportar. Sólo fue un amago, pero ya eran las primeras grietas en una estructura hasta entonces de acero.
Y si las rencillas personales comenzaron en el Álbum Blanco (1968), empeoraron durante Let it be (1969). Lennon no se separaba de Yoko Ono y la presencia de la japonesa en el estudio, donde nunca había entrado nadie que no fuera un beatle, exasperaba al resto. Por su parte, McCartney se encontraba cada vez más aislado, ya que el liderazgo que había asumido ante la dimisión de Lennon no era aceptado por el resto, que consideraba que los utilizaba como meros músicos de acompañamiento. Al final, Harrison, estalló, y harto de tocar al dictado de Paul, se rebeló y dio un portazo al grupo. Una semana después, regresó. Segundo amago.
Aparte de lo musical, estaba el asunto de las finanzas. En 1967 había muerto el manager y descubridor del grupo, Brian Epstein, y los cuatro se pusieron al frente de sus negocios, lo que derivó en una sangría económica sin freno. Ante esta tesitura, decidieron contratar un nuevo manager: John, George y Ringo se decidieron por el ex gestor de The Rolling Stones, pero Paul quería a su suegro, el padre de su mujer, Linda Eastman. No hubo acuerdo, y a finales de 1969, John Lennon reunió al resto. Y lo soltó: "Dejo el grupo, se acabó". Era Lennon. Aquello no era un amago.
McCartney, desconcertado, sin saber qué hacer después de haber dedicado todo su tiempo al grupo, decidió recluirse en una cabaña y grabar un disco artesanal. Ante la opinión pública, el grupo seguía unido. Pero Paul quería seguir adelante. Y el 10 de abril de 1970 envió su autoentrevista a los medios. Una de las preguntas era: "¿Puede decirse que The Beatles se han separado?". La respuesta: "Sí, no volveremos a tocar juntos". Y ahí se acabó el sueño, como cantaría después Lennon.
Sin embargo, 40 años después, con dos de sus miembros muertos, las 209 canciones que grabaron siguen sin coger polvo.
GRACIAS POR TANTA MAGIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario